8 millones de monedas al suelo en Suiza.
Frente al Parlamento Suizo en Berna, se han tirado 8 millones de monedas al suelo, una para cada ciudadano.
Junto con el camión que portaba ocho millones de monedas de 5 céntimos de franco suizo, los activistas entregaron las 125.000 firmas necesarias para convocar un referendum popular. Mediante esta nueva medida que se quiere implantar, cada suizo recibiría un pago mensual por parte del Gobierno sin tener en cuenta ningún tipo de baremo: la pobreza desaparecer
Los economistas están muy divididos y tienen opiniones enfrentadas. El promotor de la idea es Enno Schmidt, un artista nacido en Alemania y afincado en Suiza que admite la rareza de su propuesta, pero que recalca sus bondades. En palabras de Schmidt, esta medida aparte de acabar con la pobreza en Suiza, haría que la gente no tuviese que buscar desesperadamente un trabajo para subsistir, permitiendo a cada individuo tomar el tiempo necesario para encontrar un puesto de trabajo a su gusto También desataría la creatividad, ya que aunque las ideas fallen, nadie se quedaría sin dinero para poder vivir. Básicamente, la productividad mejoraría porque cada uno estaría dedicándose a su pasión, generando más valor. Schmidt compara esto con hechos históricos relacionados con los derechos humanos como el derecho a voto de la mujeres o el final de la esclavitud.
Esta corriente no solo está de moda en países ricos como Suiza, la endeudada Chipre también está valorando la posibilidad de implantar un salario mínimo que percibiría todo ciudadano. La idea ha llegado incluso a Estados Unidos, aunque con mucha menos repercusión.
Está claro que la propuesta de que cada ciudadano tenga un sueldo tan solo por estar vivo sería la evolución lógica del estado de bienestar. Si se dan las condiciones como para que cada individuo perciba un salario sin tener que hacer nada a cambio, en un principio y de manera directa, nuestro bienestar sería mucho mayor. Hay países como por ejemplo Qatar o Brunei, ambos pequeños y ricos, en los que cada ciudadano percibe una renta, pero no sirven como estudio ya que dichos países viven de las rentas proporcionadas por el petroleo, y no se les exige ningún tipo de productividad a los ciudadanos.
En el caso de Suiza, y conociendo la mentalidad del país, este dinero podría valer para motivar aun más a los suizos a hacer bien su trabajo y sacar lo mejor de uno mismo sin tener que perder el tiempo trabajando para subsistir. En un país como España, por el contrario, y sobre todo motivado por la mentalidad y el buen tiempo, las cosas serían probablemente diferentes.