China: Confirmación de conexiones políticas y Corrupción en la explosión de Tianjin
La caja de Pandora que abrió el lunes el semanario independiente ‘Caijing’ con un reportaje de investigación sobre el reparto de poder en la empresa propietaria del almacén ha sido cerrada este miércoles por la agencia oficial de noticias Xinhua, que publica entrevistas con algunas de las personas que fueron detenidas el 13 de agosto para finalmente confirmar la existencia de conexiones políticas.
Xinhua identifica al presidente y vicepresidente de Ruihai, Yu Xuewei y Dong Shexuan, como el ex directivo de una compañía estatal del sector petroquímico y el hijo del ex director de la Oficina de Seguridad Pública del puerto de Tianjin. Conforma, además, que estas dos personas eran los propietarios de la empresa en la sombra, pues Yu controlaba el 55% del accionariado que está a nombre de su primo Li Liang y Dong hacía lo propio con el 45% que figuraba a nombre de Shu Zheng, como ya había sugerido la prensa independiente del país durante los últimos días.
En un ejercicio de aparente transparencia para acallar definitivamente los rumores, Xinhua incluye reveladoras declaraciones de los detenidos. «Tenía a mi compañero de colegio como testaferro por mi padre (Dong Peijun, muerto en 2014). Si se filtraba información de que estaba invirtiendo en un negocio, había tenido una mala influencia», dijo Dong, identificado anteriormente como Dong Mengmeng en ‘Caijing’.
En cuando a Yu, la agencia detalló que había sido director general de la filial del Grupo Sinochem en Tianjin. «Conocí a Dong Shexuan durante una cena en 2012. Su padre era jefe de policía y estaba muy bien relacionado en el puerto». Zhi Feng, el director general de la compañía, que resultó herido en el accidente y está bajo custodia policial en el hospital, había trabajado para Yu en Sinochem antes de la fundación de Ruihai.
En sus declaraciones, los responsables de la empresa detenidos no ocultan que se valieron de sus influencias y de la arbitrariedad del sistema de administración de licencias para conseguir operar dentro de un marco de tantas irregularidades. «Mi guanxi (red de influencias típicamente china) está en la policía y en el servicio de bomberos. Cuando necesitábamos una inspección de bomberos, me reunía con autoridades del servicio de bomberos del puerto de Tianjin. les entregaba los documentos y en poco tiempo me daban la aprobación», reconoció Dong.
La publicación de estas informaciones coincide con la denuncia, por parte de Greenpeace, de que al menos dos almacenes más de la zona que manejan mercancías peligrosas estarían incumpliendo la normativa sobre distancia mínima entre estas instalaciones y zonas residenciales. Según la organización medioambiental, estos almacenes pertenecerían a dos empresas del Grupo Sinochem.
La gestión de la crisis en entredicho
El accidente industrial en el puerto de Tianjin ha sido la primera catástrofe con trasfondo político que afronta Xi Jinping al frente del Partido Comunista y el Gobierno de China. Ha tenido lugar, además, en medio de una intensa campaña de lucha contra la corrupción. La falta de transparencia después de las potentes explosiones, el sinfín de flagrantes irregularidades que se cometieron y las conexiones políticas que ha ido filtrando la prensa independiente en los últimos días plantean interrogantes para los que se deberá buscar respuesta clara si se desea acallar las críticas sin perder legitimidad.
«Si surgen problemas de salud pública, la gente culpará al Gobierno y esto dañará gravemente la credibilidad del Gobierno y los líderes del país», señaló Steve Tsang, investigador del Instituto de Política China de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), en declaraciones al periódico ‘South China Morning Post’.
El malestar entre los residentes y los familiares de las víctimas se ha dejado sentir durante los últimos días en Tianjin, con protestas para reclamar indemnizaciones por las viviendas afectadas e igualdad de trato para las decenas de bomberos de tercera que murieron en el accidente.
Tras varios días de silencio e inusuales llamadas a la transparencia en la prensa oficial, las autoridades han adoptado una actitud más comunicativa con las víctimas para calmar los ánimos. Ya han identificado a 101 de las 114 víctimas mortales que dejaron las explosiones de la semana pasada y a fecha de este miércoles contabilizan 65 desaparecidos, entre ellos 49 bomberos. En respuesta a las demandas de las familias de los jóvenes bomberos contratados por el puerto de Tianjin, un cuerpo de tercera categoría que no gozaba del reconocimiento público, también están detallando cuántos miembros de este colectivo figuran en el parte de muertos y desaparecidos.
A las sospechas sobre un posible encubrimiento de irregularidades, el Gobierno chino respondió a través de un editorial publicado el lunes en el Diario del Pueblo que admite al menos dos interpretaciones. «Si grandes casos que implicaban a Zhou Yongkang, Xu Caihou, Guo Boxiong y Ling Jihua han sido investigados a conciencia y de una manera abierta, ¿por qué se tendría que encubrir nada sobre un accidente industrial?». Con la mención de algunos de los ‘tigres’ que han caído en la campaña anticorrupción liderada por Xi, tanto se podrían dar argumentos para recuperar la confianza que se ha perdido por la falta de transparencia como se podrían dar pistas sobre la dimensión oculta de este desastre.
El anuncio, el martes, de que el director de la Administración Estatal de Seguridad Laboral, Yang Dongliang, estaba siendo investigado por la Comisión Central de Inspección de la Disciplina, el órgano anticorrupción del Partido Comunista, podría estar relacionado con esta crisis, pues antes de asumir el cargo en 2012 estuvo 18 años vinculado a la industria estatal y el gobierno de Tianjin, siendo número dos de la alcaldía desde 2001 hasta 2012.
Una semana después del accidente también se filtraron a la prensa algunos nombres de la decena de personas próximas a la empresa Ruihai que fueron detenidas el 13 de agosto en relación al accidente. Entre ellas destacan Yu Xuewei, presidente de la compañía y ex directivo de Sinochem Tianjin, y Dong Shexuan, vicepresidente e hijo de un ex director de la Oficina de Seguridad Pública del puerto de Tianjin, que días antes había sido identificado por el prestigioso semanario económico ‘Caijing’ como el verdadero poder en la sombra bajo el nombre de Dong Mengmeng.
El hecho de que este accidente haya ocurrido a escasas tres semanas del desfile militar por el Día de la Victoria contra Japón, una oportunidad para unir a la nación en torno a las heridas del pasado, también supone un contratiempo para las autoridades. Durante la última semana, la prensa china ha tenido que dejar de consultar las hemerotecas sobre la guerra sino-japonesa para informar sobre el desastre. Está por ver si la búsqueda de respuestas continuará conforme nos vayamos acercando al 3 de septiembre.