Continúa el saqueo de Arte Precolombino
La casa de subastas Millon en París que funciona desde 1928 subastará nuevamente piezas de arte precolombino de colecciones privadas europeas. Entre ellas se encuentran ocho elementos que hacen parte del patrimonio arqueológico de Colombia.
La subasta ha sido llamada ‘Los Imperios de Luz (IV) Colecciones Privadas Europeas de Arte Precolombino’ y está programada para el 3 de abril de 2023, pese a que el Ministerio de Relaciones Exteriores, de Cultura y la Embajada colombiana en Francia han rechazado el evento por promover la venta ilegal de patrimonio cultural.
Uno de los elementos ha sido llamada como “Máscara facial y de espalda” que es descrito por la casa de subastas como el rostro de un chamán bajo los efectos de la hoja de coca. Está tallado en oro y se atribuye a la región de Calima, entre el 200 a.C. y el 500 d.C.
También aparecen tres adornos circulares de oro cortado de la región de Quimbaya, que data del 200 a 1500 d.C. valuado entre 1.200 y 1.500 euros. Junto a estos se subasta un pectoral ceremonial tallado en Calima entre el 100 a.C. en el 500 d.C. con tres rostros, por el cual podrían pagar hasta 35.000 euros.
“El ICANH, como autoridad nacional en materia arqueológica, reportó el resultado de la evaluación adelantada por los arqueólogos del Grupo de Patrimonio y del Grupo de Arqueología sobre las piezas publicadas en el catálogo remitido y publicado en la página web de la subasta. Aclaramos que de estas piezas no se encontraron antecedentes o denuncias de hurto o pérdida y sugerimos iniciar una investigación, en conjunto con las autoridades competentes, para conocer las actividades que permitieron su salida ilegal, quién las tiene en su poder, y cómo accedieron a las mismas”, indicó Alhena Caicedo, directora del instituto.
El análisis permitió determinar que las piezas que se encuentran en subasta en Francia tienen características de proporción, forma, decoración, nivel de desgaste, estilos y otros detalles propios de elementos prehispánicos de las regiones de Nariño, Calima, Sinú, Tairona y Quimbaya, por lo que corresponden a patrimonio arqueológico de la nación.
La subasta tiene 148 lotes de otras piezas que corresponden a Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, Panamá y Perú. Todos esos países se manifestaron en contra de la comercialización de bienes culturales. Tampoco es la primera vez que se presenten hechos similares con las empresas dedicadas a ese tipo de negocio en el país europeo.
Para las embajadas y el Ministerio de Cultura de Colombia, esta práctica hace que se debilite el patrimonio, la identidad y la historia de los pueblos a las que pertenecen las piezas. Además, en su nota de protesta señalaron que se fomenta el saqueo, tráfico ilícito e incluso blanqueo de capitales de la delincuencia organizada transnacional.
En la nota de prensa conjunta, se indica que deplorable que, una vez más, se mantengan prácticas de comercio ilícito de bienes culturales que socavan el patrimonio, la historia y la identidad de nuestros pueblos. Reiterando que las subastas:
- Fomentan el saqueo, el tráfico ilícito y blanqueo de bienes perpetrados por la delincuencia organizada transnacional.
- Atentan contra la arqueología moderna al incentivar excavaciones ilegales para extraer objetos, e impedir su investigación, obstaculizando así el conocimiento sobre grupos humanos en el pasado.
- Privan a las piezas sustraídas de su esencia cultural, histórica y simbólica, reduciéndolas a simples objetos de decoración de particulares.
- Menoscaban la cooperación entre los Estados para la protección y conservación del patrimonio cultural.
- Socavan la integridad de las culturas y, por ende, de toda la Humanidad.
- Dan pie a un mercado de falsificaciones.
Estamos comprometidos con una diplomacia activa, en defensa de nuestros patrimonios por la vía jurídica, en lo bilateral con el gobierno francés, y en lo multilateral, principalmente vía la UNESCO. En el caso de Francia, el marco jurídico que regula las ventas y subastas de los bienes culturales establece que la restitución de las piezas depende de la voluntad del poseedor privado, lo que limita sensiblemente nuestro marco de acción. No obstante, reafirmamos nuestra disposición a colaborar con medidas concretas para la protección de nuestro patrimonio cultural prehispánico, los bienes culturales del periodo colonial y el combate al tráfico ilícito de estas piezas.