Desaparición del vuelo MH370: seis meses después la búsqueda continúa
Este lunes se cumplen seis meses de la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines. El avión partió de Kuala Lumpur la madrugada del 8 de marzo con 239 personas a bordo y tenía previsto llegar a Pekín seis horas más tarde. Apenas 40 minutos después de haber despegado, sin embargo, dejó de dar señales de su trayectoria y, a pesar de que más de una veintena de países ha participado en las labores de búsqueda, aún no ha sido localizado ni siquiera un pequeño trozo del fuselaje. El rastreo se retomará en dos semanas en aguas del sur del océano Índico, según informaron los jefes de Gobierno malasio y australiano el pasado sábado.
Las autoridades malasias aseguran que el aparato cambió de rumbo en una «acción deliberada» para cruzar el Estrecho de Malaca en dirección contraria a su trayecto inicial sin motivo aparente. Finalmente, se sumergió en el océano Índico. Los investigadores sostienen que los pasajeros y la tripulación probablemente murieron por asfixia ante la falta de oxígeno y que el avión volaba en modo piloto automático hasta que se quedó sin combustible y cayó al mar. En un principio se sopesó la posibilidad del atentado terrorista y en otro momento se sospechó de un secuestro con la complicidad del piloto del avión.
«Nuestro reto ahora es acotar un área prioritaria dentro de esta zona más extensa para iniciar la búsqueda con objeto de hallar el avión lo más pronto posible», ha manifestado a la cadena australiana ABC Judich Zielke, directora interina del Centro de Coordinación de Agencias Conjuntas, la unidad que coordina la búsqueda. El lugar donde se rastreará está algo más al sur de donde se buscó en junio y julio.
La nueva fase de rastreo correrá a cargo de la empresa holandesa Fugro, especializada en este tipo de operaciones, y durará al menos doce meses. El director de la Oficina Australiana de Seguridad en el Transporte, Martin Dolan, comentó este fin de semana que el operativo es «complejo» porque no cuentan con las señales de las cajas negras, cuyas baterías se agotaron hace tiempo, ni pistas físicas, por lo que hay que evaluar mil posibles trayectorias.
«La nueva fase de la búsqueda comenzará con el uso de la mejor tecnología disponible y continuará hasta que hayamos agotado todas las posibilidades humanas en el rastreo de la probable zona de impacto», declaró el primer ministro australiano, Tony Abbott, junto a su homólogo malasio, Najib Razak, tras reunirse el pasado sábado en la ciudad malasia de Putrajaya. Los rastreos que se llevaron a cabo en el fondo marino tras la desaparición del vuelo fueron conducidas por sonidos que presuntamente provenían de las cajas negras del avión, pero finalizaron en el mes de mayo sin que se hubieran obtenido resultados.
Durante su visita, Abbott anunció la intención de levantar un monumento en la costa de Australia Occidente para recordar a las 239 personas que perdieron la vida en el incidente. «Pero una vez más, esta intención debe estar sujeta a los deseos del Gobierno de Malasia y a los familiares de las víctimas», puntualizó.
A bordo del MH370 viajaban 153 chinos, 50 malasios (12 formaban la tripulación), siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranios, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes que embarcaron con pasaportes robados en Tailandia a un italiano y un austriaco. Los familiares de las víctimas aún buscan respuestas sobre esta tragedia, después de la cual el Gobierno malasio tomó el control de Malaysia Airlines. La aerolínea sufrió otra catástrofe aérea el pasado julio, cuando uno de sus aviones fue derribado en el este de Ucrania por un misil y 298 personas murieron.