El cigarrillo de la mañana es el más peligroso
La investigación realizada por expertos de la Universidad de Pennsylvania, informa que quien fuma su primer cigarrillo nada más levantarse suelen tener niveles en sangre más altos de NNAL.
El tabaquismo tiene aspectos físicos, mentales y sociales asociados a la rutina, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Pennsylvania, publicada en la Cancer, Epidemiology, Biomarkers and Prevention, el primer cigarro de la mañana es el más dañino porque aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer oral o de pulmón.
Los fumadores que se encienden un cigarrillo nada más levantarse presentan niveles en sangre más altos de NNAL que los que esperan entre media hora y una hora para fumar el primero. El NNAL es un metabolito del NNK, un carcinógeno específico del tabaco cuyos niveles en sangre sirven para predecir el riesgo de cáncer de pulmón que tiene un fumador. Según los investigadores, la presencia de NNAL es más alta en las personas que una vez levantadas fuman el primer cigarrillo, independientemente del número de cigarrillos que consumen al día. Uno de los factores que inciden en ello es el tipo de calada que suele darse nada más despertarse, generalmente más profunda.
El abandono definitivo del cigarrillo se consigue paso a paso, para conseguir superar el reto, es necesario retirar todos los artículos relacionados con el tabaco como los ceniceros o mecheros, y realizar una pequeña reflexión sobre los momentos y lugares dónde se ha consumido tabaco, si existe una rutina de levantarse, tomar café fumando y ducharte después, se puede invertir el orden y tomar café fuera de casa en un espacio donde no se pueda fumar.
Uno de los hábitos más saludables para dejar de fumar es practicar deporte, así como sustituir el café por el té o zumos de fruta para alejar la rutina asociada al tabaco. En caso de fumar mientras se conduce de camino al trabajo, una de las recomendaciones es cambiar el itinerario, encender la radio y cantar. En caso de ansiedad ante el abandono del tabaco, las ganas de fumar suelen pasarse en cinco minutos. Para que estos minutos pasen sin encender un cigarro, el médico puede ser un aliado en la cesación tabáquica. En este sentido, hay que planificar una cita con el medico para obtener la información y recursos necesarios ante posibles recaídas.