El Tifón en Filipinas deja sin suministros a miles de damnificados.
El Tifón deja miles de cadáveres a su paso por Filipinas.
Fuera de una iglesia destruida en la ciudad costera de Tacloban (en la provincia filipina de Leyte), en el polvoriento costado de una carretera donde a cada lado, entre pilas de escombros, se pueden ver cadáveres sin recoger, hay un cartel escrito a mano que dice: “¡Necesitamos ayuda!”.
Tras una masiva movilización internacional en respuesta al llamado del gobierno de Benigno Aquino, la ayuda comienza a llegar a Filipinas, una de las tormentas más poderosas jamás registradas, que impactó el territorio del archipiélago con vientos de 265 km/h.
Aunque quedan aún por confirmar los reportes de daños “catastróficos” en las zonas más recónditas del país, Tacloban se ha convertido en el símbolo de la devastación causada por Haiyan, que en Filipinas es denominado Yolanda. La que fue una vez una vibrante ciudad portuaria de 220.000 habitantes es hoy un vertedero repleto de cadáveres.
Al menos una decena de aviones militares de carga estadounidenses y filipinos llegaron este lunes a la ciudad. La Fuerza Aérea filipina llevó cerca de 60.000 kilos (66 toneladas) de suministros desde el sábado. Sin embargo, la demanda es enorme y la entrega no está llegando a los que más la necesitan.
“La gente está recorriendo la ciudad, buscando alimentos y agua”,comentó el rescatista gubernamental Christopher Pedrosa. Periodistas de Reuters viajaron en un camión de ayuda del Gobierno, al que le tomó cinco horas llevar 600 sacos de arroz, alimentos en conservas y leche desde el aeropuerto al punto de distribución en el ayuntamiento. Miles de sacos más fueron dejados en el aeropuerto debido a que el camión no era suficientemente grande.
Pedrosa, el rescatista del Gobierno, afirmó que preocupaciones de seguridad impedían que los suministros fueran entregados después del crepúsculo. “Podría haber una estampida”, sostuvo. El camión con ayuda era resguardado por soldados premunidos de rifles de asalto. “Es riesgoso. La gente está enfadada. Se están volviendo locos”, dijo Jewel Ray Marcia, teniente del Ejército filipino que encabezó la unidad.
Más de 600 personas fueron desplazadas por la tormenta en todo el país y algunas no tienen acceso a alimentos o medicamentos, dijo la ONU.
Con el agua y la comida escaseando, es solo la presencia de soldados y policías en las calles lo que impide mayores saqueos, al menos por ahora. Este lunes, el Ejército disparó al aire para impedir que la gente robara combustible desde una estación de servicio, comentó Pedrosa.
En la tarde, algunas personas aún vaciaban un almacén de arroz y lo cargaban en carros y motocicletas, sin que fueran detenidos por policías ni soldados. Una fábrica de embotellamiento de cerveza y bebidas también estaba vacía. En algunas áreas se entregaban botellas de Coca-Cola en forma gratuita, pero en general en todo el territorio de Tacloban es imposible encontrar agua para beber. Funcionarios advirtieron a residentes que no tomen agua de pozos, porque probablemente estén contaminados.
Lina Albany Calle, la colombiana de 31 años que fue reportada como desaparecida en Filipinas, logró comunicarse anoche con su familia.
Según contaron algunos de sus familiares en Pereira, Calle, quien está en la ciudad de Ormoc, en la provincia de Leyte, les dijo a sus parientes que la sim card de su teléfono se mojó en medio de la inundación que ocurrió en su casa, razón por la que no había podido llamarlos.
Calle, quien logró una comunicación de pocos minutos con su familia, también les dijo que se encuentra desamparada, sin comida y sin agua, al igual que otros damnificados que están con ella, ya que hasta Ormoc no han llegado aún organismos de socorro.
La colombiana está casada con un marinero filipino, quien al momento de la tragedia estaba en altamar, cerca de las costas de Panamá, por lo que no fue víctima del tifón. En la comunicación, Calle dijo que las vías de la ciudad están colapsadas y que solo se ven llegar helicópteros militares. Esta mujer era la única de los 83 ciudadanos colombianos afincados en Filipinas que no había sido ubicada por el consulado honorario de Manila.