La evolución de los peces eléctricos sorprende a los científicos
Científicos de las universidades estadounidenses de Wisconsin-Madison, Texas en Austin y del Instituto Systemix en Redmond han identificado los genes que los peces eléctricos han utilizado para convertir un músculo sencillo en un órgano capaz de generar un campo eléctrico potente. Para ello, han secuenciado el genoma de la anguila eléctrica (Electrophorus electricus), el pez gato africano (Malapterurus barbatus) y de peces africanos débilmente eléctricos que, como los otros linajes, evolucionaron de forma distinta durante millones de años. “A menudo nos hemos preguntado si las características de los animales que parecen iguales se han desarrollado a partir de los mismos genes. Por medio de la secuenciación del genoma empezamos a entender que rasgos simples –como el color de la piel o el pelo– a menudo están controlados por el mismo gen, en cada grupo independiente. Lo que desconocíamos es si ocurría lo mismo en otro tipo de trazos nuevos y complejos, como los órganos eléctricos. Nuestro trabajo demuestra que incluso estos atributos pueden tener la misma base genética”, declara a la «Agencia Sinc» Jason Gallant, profesor de la Universidad Estatal de Míchigan y uno de los autores principales del estudio.
El trabajo establece así la base genética para el órgano eléctrico, una característica anatómica que solo se encuentra en los peces y que se desarrolló de forma independiente una media docena de veces en ambientes muy distintos. “Nos gusta decir –añade el científico– que los peces eléctricos utilizan la misma ‘caja de herramientas’ genética para construir sus órganos eléctricos”. «Lo sorprendente es que estos peces desarrollaran de manera independiente en seis ocasiones, en el curso de la historia de la evolución, este órgano eléctrico», apunta Lindsay Traeger, coautora del estudio.
Existen dos de estas especies concretas que son muy convergentes: el pez nariz de elefante de África y los peces cuchillo de América del Sur. “Tienen muchas similitudes no solo en el órgano eléctrico, sino también en las conexiones neuronales y en la forma del cuerpo”, explica Gallant. Debido a que estos dos tipos de peces utilizan la electricidad para nadar, deben mantener su cuerpo bastante rígido para hacer que el campo eléctrico sea lo más estable posible.
“Los peces cuchillo lo consiguen manteniéndose inmóviles y con una aleta anal larga se propulsan. Esto les permite moverse como un helicóptero en el agua. Sorprendentemente, en África, el pez nariz de elefante evolucionó con el mismo patrón corporal, pero al revés. En lugar de tener una aleta anal –en la parte inferior del pez– es la aleta dorsal –en la parte superior– la que los empuja. ¡Y ambos son peces eléctricos!”, exclama el científico de la Universidad Estatal de Míchigan.
Electrophorus electricus
La anguila eléctrica (Electrophorus electricus), también llamada temblón, temblador, pilaké o morena, es una especie de pez de la familia Gymnotidae.2 Puede emitir descargas eléctricas de hasta 600 voltios a partir de un grupo de células especializadas. Emplea las descargas eléctricas para cazar presas, para defenderse y para comunicarse con otras anguilas. Es la única especie de su género. La similitud con la anguila está dada sobre todo por su cuerpo fusiforme y largo, de hasta 2 metros y medio y 20 kilogramos de peso, cubierto por una piel de color verdoso desprovista casi completamente de escamas. La cabeza es aplanada y la boca grande, con una hilera de dientes cónicos en cada mandíbula. No presenta dimorfismo sexual apreciable.
A pesar de su nombre común, este pez no es una anguila verdadera, sino un pez miembro de la familia de los gimnótidos, los cuales son del mismo orden que los peces hacha. Las anguilas a veces pueden aguantar hasta 5 horas electrocutando a sus presas Los órganos eléctricos están ubicados en la zona craneal, y consisten en tres pares diferenciados empleados con fines distintos; están formados por miles de nicolitos conectados en serie. Un par, llamado órgano de Sachs, produce descargas de bajo voltaje (alrededor de 10 V), empleadas para detectar posibles presas y comunicarse con otros gimnótidos; el pez cuenta con numerosos nódulos receptores distribuidos de manera irregular sobre la piel para percibir las emisiones de este tipo.
Los otros dos pares, llamados órganos de Hut, producen descargas hasta 5 veces más potentes, con las que la anguila atonta a sus potenciales presas. Puede mantener la producción de escamas durante períodos de hasta 1 minuto. Son nativas de Sudamérica, donde se encuentran en estado natural en las cuencas del río Amazonas y el Orinoco; habitan zonas de aguas calmas, prefiriendo los lechos limerosos, arroyos y zonas pantanosas, donde los ejemplares juveniles pueden mantener relaciones de amistad con otras anguilas.
Fuente: Agencia SINC