Panamá Papers: “aún no hemos revelado los secretos más importantes”
La vicedirectora del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, la argentina Marina Walker, que lideró la investigación de los Panamá Papers, dijo que el ICIJ no entregará datos a ningún gobierno y que las revelaciones más trascendentes aún no fueron publicadas.
“Vamos a seguir publicando, hay mucho que no hemos descubierto. Es como una Caja de Pandora y, quizás, los secretos más importantes aún no se han revelado”, dijo Walker en entrevista telefónica concedida a la Agencia Nacional de Noticias Télam.
La periodista mendocina, que vive en Washington, fue quien tuvo el primer contacto para trabajar en red con el diario alemán Süddeutsche Zeitung luego de que una fuente anónima filtrara a ese periódico 11,5 millones de documentos del estudio de abogados panameños Mossack Fonseca.
La filtración, que sacó a la luz 214.488 compañías offshore creadas por ese estudio en los últimos 38 años, llegó al diario alemán de manos de un “John Doe” (anónimo) que “lo hizo para exponer a esa criminalidad del mundo de los paraísos fiscales”, contó Walker.
Correos electrónicos, cuentas bancarias, pasaportes y registro de clientes revelados tras un año de trabajo colaborativo de 376 periodistas de 77 países pusieron en jaque a 140 políticos, reyes y familiares, ganadores de premios Nobel y más de 500 bancos mencionados como poseedores de empresas opacas.
Entre los nombres más resonantes, el affaire salpicó a los presidentes Mauricio Macri; al ruso Vladimir Putin; al ucraniano Petro Poroshenko; al primer ministro británico, David Cameron, y a su ex par islandés, Sigmundur Gunnlaugsson, el primero en renunciar por el escándalo, esta semana.
También figuran los reyes de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, la hermana del rey emérito de España, familiares de nueve líderes chinos de Mao Tse-tung al actual líder Xi Jinping, herederos del dictador Francisco Franco, el escritor Mario Vargas Llosa y hasta el astro argentino del fútbol Lionel Messi.
Frente al potencial pedido del material filtrado, Walker fue rotunda: “No vamos entregar los datos a ningún gobierno, no es nuestra función, ni somos el brazo de ningún gobierno, la respuesta es ‘no’ para todos”, aunque sí “incorporaremos más periodistas” para continuar la indagación en países “donde no pudimos trabajar”.
“Vamos a resistir pedidos de la justicia, no vamos a ceder fácilmente, no creemos que sea la función de los periodistas; pero si ocurre se tomarán las decisiones en consulta con nuestros abogados. Cualquiera que lo pida tiene que venir a lidiar a la jurisdicción de Estados Unidos”, dijo.
Sobre el rebote mundial, Walker contó que sabían que era una historia grande por los personajes involucrados, pero “la reacción tan rápida de parte de autoridades reguladoras de todo el mundo nos sorprendió”.
“Esto -agregó- muestra que una de las fortalezas de la investigación es que no hay sector, ni color político que no esté involucrado en esta economía paralela, en este mundo secreto de paraísos fiscales”.
En la investigación, que comenzó a ser publicada por distintos diarios del mundo el domingo pasado, los nombres de los implicados fueron puestos “en orden alfabético según el país”, y el criterio utilizado para el destape fue el de “las figuras públicas y no la criminalidad”, explicó.
En muchos casos, dijo, se pudo comprobar que “había evidencia de criminalidad, en otros no, pero sí de usos poco transparentes de negocios” y agregó “cualquiera que crea una empresa en las Islas Vírgenes Británicas, Bahamas o las Caimán no está eligiendo el modo más transparente de operar”.
“Hicimos la diferencia en cada caso, expusimos la situación y a todos se les pidió su descargo semanas antes, les hicimos quince preguntas por escrito con todos los detalles. La idea no era sorprender a nadie”, relató desde Washington, entre entrevistas, pocas horas de sueño y almuerzos cortados.
El escándalo impacta en “víctimas absolutamente reales”, y “cuando ves que traficantes de armas y drogas esconden su dinero en paraísos fiscales y en el sistema bancario internacional, el tendal que dejan esos criminales es bien conocido”, indicó.
Durante los Panamá Papers, el ICIJ, con sede en Washington, también apuntó a empresas de energía y ligadas al mundo de los recursos extractivos que “producen enorme daño al medio ambiente y tienen gran participación en el mundo offshore”, contó Walker.
Y sumó: “Hay datos de gente ligada al abuso sexual de menores usando estas compañías. Las víctimas son de todos los colores y formas; son miles, empezando por el ciudadano común que no puede acceder a estos privilegios, paga sus impuestos y no recibe buenos servicios públicos”.
“Cuando se está robando a los fiscos, es plata que tendría que ir a las arcas públicas y no va. Hay un sector privilegiado que puede guardársela y esto afecta a la gran mayoría de las poblaciones empobrecidas que no se benefician en inversiones de transporte, hospitales, rutas y todo en lo que un gobierno debe invertir para su gente”, detalló.
Defensas, negaciones, desvinculaciones, renuncias y hasta alegatos de desconocimiento salieron de boca de varios de los implicados en las tramas de los últimos días.
“Las personas pueden decir lo que quieran, pero queda en manos de los entes reguladores o de la opinión pública de cada país el nivel de tolerancia a las explicaciones que pueden ser certeras y legítimas”, matizó Walker.
Asimismo, los entes y la gente “pueden decidir aceptarlas, y no pasa más, o como sucedió en Islandia, donde ni ciertos sectores del gobierno ni el pueblo estuvieron dispuestos a aceptar las explicaciones y el primer ministro ha tenido que dar un paso al costado”, analizó.
La investigación también destacó a personas del círculo íntimo de Putin que crearon sociedades offshore para lavar hasta 2.000 millones de dólares con ayuda de empresas estatales rusas.
Rápidamente, Putin acusó a Estados Unidos de “producir” el Panamá Papers y desde Kremlin apuntaron a una “putinofobia” de Occidente.
“No está diciendo nada nuevo, es el mismo mote que ha aplicado a otras críticas. Nos reímos. Si el piensa que la CIA va a cooptar a cien medios de comunicación de todo el mundo, es un interesante guión de película”, arremetió Walker, quien deslizó la intranquilidad que sufren los periodistas rusos y chinos que investigan las filtraciones.
La investigación fue realizada por periodistas de un arco amplio de medios prestigiosos: “Hay progresistas, conservadores, pequeños centros sin fines de lucro”, subrayó.
El ICIJ, que ya reveló casos como la filtración del sistema informático del HSBC conocida como SwissLeaks, trabaja hace cuatro años temas de lavado y evasión fiscal y “nunca” vieron respuesta de organismos oficiales.
Pero tras revelar el Panamá Papers, hasta “Barack Obama salió a decir que van a impulsar una legislación para que se sepa quiénes son los beneficiarios últimos de personas que tienen cuentas bancarias”, contó.
Incluso, entre las reacciones más fuertes, en Suiza los fiscales “se están moviendo y mandaron cartas a veinte bancos para que revelen si estaban metidos en Panamá Papers para seguir el saneamiento de la banca suiza a que le queda mucho por delante”, recordó.
La investigación, finalmente, es lo “suficientemente fuerte, global y detallada como para que no veamos reformas. No creo que reformen todo y dejen de existir los paraísos fiscales, tampoco hay que ser inocentes”.
Incluso a las iniciativas “esperanzadoras”, les cabe otro lado ‘B’: la de “una milicia de contadores y abogados que ganan muy buenos sueldos y cuya función en la vida es diseñar atajos fiscales y secretismos para el 1% de la población global. Esa gente hoy está ocupada tratando de ver cómo cierran los agujeros”, señaló.