Pequeños transportadores de Ecobús y Coobús sin futuro.
Proponen una asociación en una nueva empresa que siga siendo parte del Sitp.
Alrededor de 3.000 pequeños propietarios vinculados al transporte en Bogotá, que tienen un drama para cientos de familias cuyo sustento depende de sus buses no pudieron cumplir con las rutas que el Distrito les encomendó y la orden de liquidación fue emitida la semana pasada por la Superintendencia de Sociedades, el futuro de estos propietarios, a quienes además les adeudan millonarias sumas, se terminó de enredar.
El pasado 25 de abril, cuando Alexandra Rojas, gerente de Transmilenio, anunció la declaratoria de incumplimiento de los contratos que habían firmado las dos empresas de Ecobús y Egoobús con el Distrito, aseguró que les iban a abrir las puertas a esos pequeños propietarios para que siguieran siendo parte del SITP. La posibilidad de que lo hagan, explicó, es que se integren, de alguna manera, a otro de los operadores que se encargan de las rutas azules en el resto de la ciudad. Sin embargo, aún no se ha anunciado cómo se logrará eso y el Distrito analiza cómo estructurará el sistema para concretar su promesa.
Édgar Torres Romero, representante de Egobús, sostiene, por su parte, que la liquidación ya no tiene reversa. Por eso cree que el paso a seguir es que los rentistas de las empresas se unan en una nueva entidad que se convierta en operador del sistema. Para lograrlo, sería necesario que Transmilenio abra una nueva licitación para adjudicar las rutas de Fontibón, Perdomo y Suba centro que operaban Egobús y Coobús, y a ese proceso se presente la nueva empresa.
Los resultados es que cada propietario, por vehículo tendría que renunciar a $35 millones, para asumir las pérdidas de la empresa, que entre socios, banca y proveedores rozan los $40.000 millones. Desde que comenzó la implementación del SITP, empezaron a verse los problemas de Egobús y Coobús. La Superintendencia de Puertos y Trasporte los intervino tras hallar irregularidades que pasaban por fallas de gobernabilidad, ausencia de un plan de negocios definido para garantizar su balance financiero, inconsistencias en pagos, incumplimiento en los acuerdos con Transmilenio y cuentas por cobrar en mora de hasta un año. Luego vino el plan de salvamento que les lanzó Petro, que no dio frutos y era la última carta para mantener a flote a esas empresas, que representaban la idea de democratización de la operación del SITP.
El intento de rescate falló y ahora se viene la elaboración de las listas de acreedores de Egobús y Coobús, e intentar vender sus bienes. Con esos recursos se les pagaría a los acreedores. Así se concretaría el hundimiento de esas entidades que, en principio, se esperaba que operaran en el SITP por 24 años. Falta ver si será también el fin de los pequeños propietarios dentro del sistema de transporte.