Soraya Sáenz de Santamaría al frente de la Comunidad Autónoma de Cataluña
Comienza su tercer día como delegada luego de la destitución del gobierno y el parlamento regional.
Carles Puigdemon presidente catalán destituido, se ha pronunciado como si siguiera al frente del cargo, y los ministros de su administración ya entregaron sus escoltas. Ferrán López, subdirector de la policía catalana, asumió la dirección del organismo, y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, le pidió leal colaboración y le recordó su obligación de cumplir y hacer respetar las normas del Estado de derecho.
Ayer domingo, cientos de miles de personas marcharon en Barcelona en contra de la secesión de esta región, por cuyo control pugnan el Gobierno español y el destituido Ejecutivo independentista catalán. Bajo el lema “¡Todos somos Cataluña!” y un mar de banderas españolas y catalanas, una multitud inundó el elegante paseo de Gracia de la capital catalana: 300.000 según la policía local, un millón según la delegación del Gobierno español y 1,1 millones según los organizadores, la marcha fue convocada por la asociación Sociedad Civil Catalana (SCC), que ya congregó una manifestación masiva después del referéndum inconstitucional sobre la secesión del primero de octubre.
En esta región con 7,5 millones de habitantes, con un idioma propio pero con muchos habitantes del resto de España, la sociedad está dividida a partes iguales sobre la secesión. Y ahora viven en realidades paralelas: mientras unos dan validez a la declaración de la república, otros respiran aliviados tras la intervención del Gobierno español, al que piden mano dura, el parlamento está disuelto hasta las elecciones convocadas por Rajoy, el 21 de diciembre. Además, más de 150 altos cargos fueron cesados; la red de embajadas catalanas abiertas en los últimos años, cerradas y la cúpula de la policía regional, los Mossos d’Esquadra, relevada por órdenes del Ministerio del Interior.